22 feb 2012

Barcelona

Cerca de las 8 empieza a amanecer. Estamos llegando a Los Monegros. La luz del sol va dando color al paisaje. El frío y la oscuridad dejan paso al naranja y los rojos cálidos. El trayecto dura apenas 3 horas y transcurre tan rápido que casi no nos da tiempo a comernos el bocadillo preparado especialmente para el viaje. A las 9.30, el tren llega puntual a Barcelona.

Con una población de 1.615.908 habitantes, es la 2ª ciudad española más poblada y la décima de la Unión Europea. El Área Metropolitana de Barcelona integrada por 36 municipios, tiene una población de 3.186.461 habitantes y una superficie de 636 km².

10 Apuntes.

1- Historia – Barcelona tuvo su origen en la época romana, junto al mar, donde ahora se sitúa el puerto de recreo. Este primer asentamiento, rodeado posteriormente por una muralla, se transformará a través de los siglos en el barrio conocido como gótico. Alrededor de esta primera muralla se asentaron los arrabales, el Raval, antiguo barrio chino. El barrio gótico y el Raval, las zonas más caóticas de Barcelona, quedaron encerrados en la muralla medieval, alrededor de la cuál, los Borbones levantaron el castillo de Montjuic y la ciudadela para asediar a los catalanes. Ya en el siglo XX la ciudad creció en cuadrícula a partir de este centro histórico mediante el Plan Cerdá que situó dos avenidas principales, la diagonal y la gran vía (paralela al mar). Su desarrollo siempre se vió limitado por la presencia al norte de las montañas de Collcerola y al sur por el Mediterráneo. Longitudinalmente se encuentra L'Hospitalet, Cornellá y demás pueblos anexos, que se mantienen como municipios independientes (durante el franquismo, el dictador decidió que la capital catalana no podía crecer más que la capital del reino y otorgó rango de municipio independiente a los pueblos anexos a Barcelona, de tal forma que la ciudad se encuentra encerrada entre la montaña, el mar y las ciudades próximas). Durante todo el siglo XX la ciudad crece de espaldas al mar, hacia dentro, pero tras los juegos Olímpicos del 92 se moderniza la Barceloneta (antiguo barrio de pescadores junto al puerto), se revaloriza y se llena de ingleses que pagan buen dinero por alquileres o la compra de pisos. Unos años mas tarde, en el 2004, la zona del Forum se convierte en parque y recinto ferial y la ciudad se abre definitivamente al mar. Este breve resumen de la historia de Barcelona nos lo contó, con unas breves licencias por mi parte, Ricard Martí cuando estuvimos en su casa.
2- Pan con tomate, sin tapas – la mayoría de los locales son restaurantes donde no te sientas a tomar una cerveza, sino a comer. Da la impresión de que aquí es mas fácil salir a cenar que a tomar unas tapas. No parece que exista la tradición del aperitivo y el tapeo (una costumbre fantástica a mi modo de ver), aquí se come en serio, nada de pica pica.
3- Diseño – el puerto, un parque dibujado por Jean Nouvel, la torre Agbar, el Forum. Diseños que poco tienen que ver con la función del edificio pero que dotan al espacio de una imagen moderna. Es la capital del diseño, aunque, a veces, el diseño quede desprovisto de significado. Cruzamos por el paseo marítimo y nos encontramos con el gambón (o gamba gigante) que publicitaba una marisquería. Es un diseño de Mariscal, previo a la Olimpiada. En la actualidad han derribado el restaurante pero la gamba gigante sigue allí, en el paseo, como el toro de Osborne, sin saber muy bien que representa dentro de la ciudad
4-
Ramblas - La principal de ellas es la suma de varias ramblas, la de las flores, la de los estudiantes, una detrás de otra. En el paseo central encuentras quioscos, puestos de flores y, sobre todo, mimos. Un montón de ellos por todas partes, compitiendo por las monedas de los turistas. También hay pintores y algunos vendedores ambulantes. Las Ramblas representan un centro comercial abierto. El comercio en la calle, fuera de los espacios privados, vigilados, privativos, no lugares.
5-
El raval ó el caos – (arrabal en castellano) es la zona de la ciudad que se construyó fuera de la ciudad romana que ahora es el barrio Gótico. Me gusta el Raval porque no esta ordenado, lo veo como una mezcla de Lavapiés (barrio de inmigrantes) y ciudades mediterráneas como Napolés y Lisboa (de calles estrechas, altas, con ropa tendida y colores gastados). Me parece una ciudad más viva, menos organizada.
6-
Urbanismo ó el cosmos - calles paralelas y perpendiculares, un lugar donde puedes olvidar tu brújula porque, ¿es posible perderse en Barcelona?. Todo está ordenado y los espacios tienen su función definida, aquí va una calle, aquí una plaza, un edificio, y así, hasta llegar al mar. El sueño del Barón Haussmann y de los amantes del orden, en el sentido más amplio de la palabra. Porque, ¿qué ocurriría si rompieramos ese orden, sin alteraramos el cosmos de una ciudad tan cuadriculada?.
7-
Modernismo – Gaudí es el principal foco de atracción turístico de la ciudad. Bajo el mecenazgo del industrial Eusebi Guell para el que proyectó las Bodegas, Pabellones, el Palacio, el Parque y la Cripta, el arquitecto inició una intensa relación con la ciudad que culminó en 1926, con su muerte, tras más de 10 años de trabajo en su obra mas famosa, La Sagrada Familia, aún sin finalizar.
8-
Cultura – las opciones culturales que ofrece la ciudad son múltiples, cine, teatro, espectáculos que van y vienen, arte. Sin embargo, cada vez hay menos lugares para escuchar música en directo, una normativa abusiva ha reducido los espacios para los pequeños conciertos. Por contra, Barcelona es el lugar elegido por los grandes grupos cuando vienen de gira por España. Una manera más de promocionar la ciudad a través de los grandes eventos.
9-
El mar - "extensión de agua salada" con la increíble facultad de despertar aromas y sabores en quién se acerca a su orilla. Es muy agradable para los que vivimos tierra adentro pasear envuelto en el rumor de las olas y apreciar desde un extremo el bonito color de la ciudad bajo este sol. Un mediterráneo que, por fin, inunda la ciudad de luz, olor, sabor.
10-
Inmigración – existe en Barcelona, como en buena parte de España, una relación contradictoria con la inmigración. La ciudad, como el resto del país, se ha desarrollado, históricamente, gracias a la aportación de la inmigración. Por aquí pasaron íberos, cartagineses, romanos, visigodos y árabes. La ciudad tiene un aroma mediterráneo que se respira en sus mercados, en sus espectáculos al aire libre, en sus paseos, en su comida, en sus colores. Pero esta modernización, cultural, urbanística, social, unida al importante desarrollo experimentado por la ciudad tras los Juegos Olímpicos, ha poblado su territorio de inmigrantes y turistas. Un hecho, que no ha sentado bien a todo el mundo. Se despertó la xenofobia en un país que, tras la guerra civil y la posguerra, se había acostumbrado a exportar compatriotas. Nos cuesta aceptar la otra cara de la moneda, compartir nuestra riqueza. Y cuando los nuevos ricos aún no se han habituado a su nuevo status, la crisis nos devuelve al reverso del euro y, una vez más, los inmigrantes abandonan nuestras fronteras en busca de un lugar mejor, pero, esta vez, acompañados de estudiantes, trabajadores cualificados, trabajadores sin trabajo. Ya no tenemos trabajo que ofrecer, volvemos a quedarnos con el sol y la playa, los alemanes y los ingleses.

Viajamos a Barcelona en tren, un método menos agresivo, un sistema de transporte que no te obliga a estar en la estación dos horas antes de viajar, donde no es necesario calcular la cantidad de gel, champú ó agua que llevas en tu maleta, y donde no te desnudan, escanean y cachean antes de acceder a tu asiento.
Un sistema de transporte, en fin, que sería perfecto sino fuera tan caro.

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