¿Dónde dormimos esta noche?

Cada mañana mientras desayunamos nos gusta hacernos esta pregunta durante los viajes. En un sentido amplio dónde dormimos esta noche se refiere no sólo a la ciudad que escogeremos para pernoctar sino al sitio concreto. Una habitación privada en un hotel o compartida en un albergue, dentro del coche en el que viajamos cuatro personas, en el suelo en un pueblo tranquilo o en un aparcamiento a las afueras, en una terraza rodeados de gente o en la playa bajo las estrellas, en un Riad con piscina cubierta o en una tienda de campaña, y, a veces, en autocaravana.

Horas perdidas, noches oscuras, sueño atrasado, cenas tardías, dando vueltas y vueltas buscando el sitio apropiado. Todo por disfrutar de un viaje desorganizado.

Viajamos sin rutas, horarios ni obligaciones. No existe un lugar al que tengamos que ir, ni un destino que visitar. Queremos estar allí y, haciéndolo así, lo disfrutamos más.